La historia de Patrick Stuebing y Susan Karolewski se desarrolla a partir de un reencuentro familiar marcado por la tragedia y el abandono. Patrick, tras crecer separado de su familia biológica, decidió buscar sus orígenes al cumplir la mayoría de edad. Después de una búsqueda de cuatro años, logró encontrar a su madre, una mujer descrita como desatendida y despiadada, y a través de ella conoció a su hermana Susan. Este reencuentro, ocurrido en el año 2000, daría inicio a una relación que desafiaría todos los límites sociales y legales.
La situación se volvió crítica cuando, a los seis meses del reencuentro, la madre de ambos falleció repentinamente de un paro cardíaco. Susan, quien entonces tenía 16 años, quedó completamente desamparada tras la muerte adicional de su hermano discapacitado Andre ese mismo año. En medio de esta vulnerabilidad extrema, el vínculo entre los hermanos se intensificó hasta volverse una relación de dependencia emocional y física. Comenzaron compartiendo habitación y eventualmente iniciaron una relación íntima, manteniendo relaciones sexuales en múltiples ocasiones durante los meses siguientes.
A pesar de las consecuencias legales -incluyendo procesos judiciales y separaciones forzosas-, la pareja ha permanecido unida por más de veinte años y ha tenido cuatro hijos en común. Patrick ha defendido su relación argumentando que se enamoraron siendo adultos y que su amor es genuino, aunque reconoce las implicaciones sociales y legales de su situación. Su caso continúa generando debate sobre los límites entre el consentimiento adulto, las prohibiciones sociales y las consecuencias del abandono familiar.